RAZONES POR LA CUAL NO DEBEMOS REPRIMIR NUESTROS SENTIMIENTOS

Controlar nuestras emociones puede ser difícil, pero reprimirlas no es una solución. Vivir reprimiendo lo que sentimos tiene efectos muy negativos, tanto para nuestra salud psicológica como para la física. 

 

1. Las emociones acumuladas condicionan nuestro comportamiento:

Las emociones no nos caracterizan, no “somos” tristes, “estamos” tristes. La emoción llega de forma espontánea e inconsciente y tiene una corta duración de 90 segundos. Durante ese minuto y medio, las reacciones químicas experimentadas por nuestro cerebro a raíz de esa emoción viajan a través del torrente sanguíneo hasta desparecer. Aferrarnos a ella nos hace actuar y reaccionar bajo su influencia, transformándonos en alguien que realmente no somos.

 

2. Reprimir las emociones las hace más intensas:

Una emoción dura 90 segundos, pero podemos experimentarla durante horas porque inconscientemente vamos retroalimentándola a través de nuestros pensamientos. Creamos un remolino de pensamientos negativos en torno a la situación que generó la emoción inicial. Así, reiniciamos el circuito de 90 segundos indefinidamente, sin deshacernos de la emoción e intensificándola cada vez más.

 

3. Nos genera ansiedad:

El cúmulo de emociones negativas puede generarnos altos niveles de estrés y ansiedad. Todo lo que guardamos en nuestro interior es como una bomba, que puede causar una explosión emocional en cualquier momento. Estar constantemente al borde de estallar, reprimiéndolo para que no suceda, causa mucho agobio y estrés.

 

4. Es mental y físicamente agotador:

Estar constantemente luchando contra lo que sentimos es una tarea ardua que requiere una gran cantidad de energía, mucha más que sentirlo y dejarlo ir. Intentar “eliminar una emoción” guardándola en nuestro interior nos generará un gran desgaste, no solo a nivel mental o emocional, sino también a nivel físico, a través de otros efectos derivados del estrés mental, como por ejemplo el insomnio.

 

5. Nos impide ser positivos y nos acerca a la positividad tóxica:

Ser positivo bajo la influencia de emociones como la ira es insostenible. Forzarnos a ser positivos al mismo tiempo que acumulamos muchas emociones negativas desencadena lo que se conoce como positividad tóxica. La positividad tóxica consiste en simular externamente emociones positivas, en un afán de silenciar o enmascarar nuestras emociones negativas internas, que finalmente seguirán ahí y continuarán haciéndonos daño.

 

Fuente: Genial